Con la pubertad y la adolescencia llega uno de los problemas dermatológicos más frecuentes: el acné. Esta enfermedad además de afectar la piel también puede influir en la autoestima y las relaciones sociales de los jóvenes. El acné puede llegar a ser grave y dejar secuelas permanentes si no se inicia su tratamiento a tiempo. La importancia de un tratamiento efectivo influirá a evitar las alteraciones fisicas y emocionales. En los últimos años llama la atención el aumento de la incidencia de acné en personas mayores de 30 años, especialmente mujeres con trastornos hormonales o stress personal o laboral. Anteriormente su tratamiento consistía solo en la prescripción de medicamentos y recomendaciones para controlar el exceso de grasa en la piel, pero los adelantos tecnológicos hoy día, brindan opciones de combinación de tratamientos que ponemos a disposición de nuestros pacientes.